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Gestión y Análisis de Políticas Públicas, número 38, julio de 2025

Sección: RECENSIONES

Recibido: 14-05-2025

Modificado: 19-05-2025

Aceptado: 19-05-2025

Publicado: 17-07-2025

ISSN: 1989-8991 – DOI: https://doi.org/10.24965/gapp.11540

Páginas: 105-108

Referencia: Torres-Lajo, M. (2025). M. Jae Moon y Dong-Young Kim: Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach. Gestión y Análisis de Políticas Públicas, 38, 105-108. https://doi.org/10.24965/gapp.11540

M. Jae Moon y Dong-Young Kim: Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach

Torres-Lajo, Manuel

Universidad Complutense de Madrid (EspañaSpain)

ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3085-1394

manuelpt@ucm.es

NOTA BIOGRÁFICA

Candidato a doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Consumer Affairs por la Universidad Técnica de Múnich (TUM) y economista por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) de Lima. Sus líneas de investigación se encuentran en la intersección de la economía, las ciencias del comportamiento y las ciencias políticas.

RESUMEN

Recensión del libro editado por M. Jae Moon y Dong-Young Kim, Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach, Routledge, 2025, 332 pp.

PALABRAS CLAVE

Respuestas de política; COVID-19; pandemia; América del Norte; Europa; Asia-Pacífico; Sudeste Asiático.

ABSTRACT

Review of the book edited by M. Jae Moon and Dong-Young Kim, Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach, Routledge, 2025, 332 pp.

KEYWORDS

Policy responses; COVID-19; pandemic; North America; Europe; Asia-Pacific; Southeast Asia.

La pandemia de la COVID-19 supuso una disrupción histórica para todos los países del mundo, tanto en términos sanitarios como sociales, económicos y políticos. Una circunstancia inédita en tiempos recientes que puso en evidencia la mucha o poca preparación que los países tenían para afrontar situaciones límite, así como las diferencias estructurales en materia de recursos con los que contaban para ello. Así, aunque el virus no hizo distinción alguna en su expansión por el mundo, la forma en la que hicieron frente a la crisis los Gobiernos y sus habitantes sí pudo influir en el impacto final de la COVID-19 en sus territorios.

Este libro, titulado Policy responses to the COVID-19 pandemic: an international comparative approach (Moon y Kim, 2024Moon, M. J. y Kim, D. Y. (eds.) (2024). Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach. Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760), es una compilación de nueve artículos de nueve países diferentes en los que se revisa y reflexiona sobre las medidas de política implementadas por los gobiernos de dichos países para hacer frente a la pandemia de la COVID-19. El periodo de estudio de todos los capítulos abarca siempre el año 2020, aunque en algunos casos se extiende al 2021 y 2022. Los editores de este volumen, los profesores surcoreanos M. Jae Moon y Dong-Young Kim, son especialistas en Administración pública y en políticas de desarrollo, respectivamente, con experiencia comprobada en el sector académico, privado y gubernamental.

El libro se estructura en once capítulos: nueve dedicados a cada uno de los países en estudio y dos –el de introducción y el de conclusiones– elaborados por los editores. Los países en estudio fueron Alemania, Suecia, Finlandia, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Japón, Corea, Tailandia y Vietnam. Cada uno de estos capítulos fue elaborado por investigadores y profesionales en temas afines a las políticas públicas, vinculados a instituciones educativas o gubernamentales de sus respectivos países. La selección de estos países (tres europeos, uno norteamericano, uno oceánico y cuatro de Asia) no fue al azar, en tanto cada uno de estos países tuvo respuestas de política a la pandemia diferentes. Los motivos son variados e incluyen, aunque no se limitan, razones culturales, ideológicas, de organización burocrática, ubicación geográfica, o experiencias pasadas con epidemias como el SARS y el MERS.

Para comenzar, el capítulo sobre Alemania (Franzke y Kuhlmann, 2024Franzke, J. y Kuhlmann, S. (2024). Germany’s Responses to COVID-19: Crisis Governance in a Multilevel System. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 10-71). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-2) destaca la preparación que el país tuvo para hacer frente a una crisis sanitaria de estas proporciones, pero que se limitó solo a la cuestión sanitaria. La organización político-administrativa del país hizo que al inicio tuvieran que establecerse mecanismos de coordinación entre el Estado central y los estados federales (Länder) para el dictado de medidas de política y así evitar tener diferentes políticas en cada uno. Esta descoordinación inicial perjudicó el objetivo inicial de aplanar la curva, aunque fue corregido en un periodo breve al delegar el cumplimiento de las medidas a cada estado federal, así como apostando por una estrategia de rastreo, pruebas masivas y cuarentenas.

En el capítulo sobre Suecia se detalla el porqué de su aproximación divergente: a comparación del grueso de países de Europa Occidental, Suecia optó por un enfoque mucho menos restrictivo debido a cuestiones legales, políticas, y culturales (Dahlström y Lindvall, 2024Dahlström, C. y Lindvall, J. (2024). Sweden’s Responses to COVID-19. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 72-97). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-3). Legales y políticas porque la burocracia sueca es pequeña, con autoridades administrativas con una independencia protegida por la Constitución, así como una inexistente base legal para decretar, por ejemplo, un confinamiento nacional al inicio de la pandemia. Y culturales en tanto se apeló al buen criterio de los ciudadanos, quienes respondieron informándose y cumpliendo las recomendaciones. No obstante, a medida que avanzó la pandemia tuvieron que imponer medidas más restrictivas, las cuales, según una comisión investigadora, pudieron haberse hecho en los primeros meses, cuando el Parlamento aprobó enmiendas temporales a la Constitución que otorgaban facultades extraordinarias al Gobierno para ello.

Finlandia, al igual que Alemania, implementó una política intensiva en rastreo de casos a través de pruebas. Pero a diferencia de los alemanes y de buena parte del mundo, el marco legal finlandés permitió que no se violaran los estándares democráticos y constitucionales al introducir medidas de emergencia contra la pandemia, pese a las protestas de algunos sectores (Ahonen, 2024Ahonen, P. (2024). Finland’s Responses to COVID-19: Uneven, Fairly Effective, and Craving to Return to Normal. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 98-123). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-4). Con ello, el Gobierno buscó que se mantuviera, desde lo político, una deliberación que contribuyese a la innovación social en la búsqueda de soluciones, y así evitar el agrandamiento de las autoridades públicas.

En el capítulo de los Estados Unidos se muestra cómo los componentes político e ideológico pueden moldear la respuesta a una crisis sanitaria. La Administración Trump en el Gobierno central en 2020 minimizó sustancialmente el riesgo de la pandemia, pese a lo que la evidencia científica sugería, en buena medida por intereses partidistas y electorales. Ante la falta de una coordinación central, cada estado adoptó sus propias medidas, generando una suerte de cincuenta países diferentes dentro de un solo país con cincuenta tipos de riesgos diferentes y cincuenta estrategias diferentes. Esto explica el elevado número de casos y fallecidos, lo cual solo se frenó con la vacunación, coordinada centralmente por la nueva Administración Biden, que asumió en enero de 2021. También la autora (Comfort, 2024Comfort, L. K. (2024). The United States’ Responses to COVID-19: Science, Uncertainty, and Partisanship. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 124-152). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-5) destaca el fuerte impacto económico de la pandemia en las poblaciones de ingresos más bajos y en las minorías, que estuvieron además sobrerrepresentadas en las cifras de contagios y fallecidos.

Esto último también se vio en Nueva Zelanda, donde el impacto sobre las comunidades nativas, tanto en materia sanitaria como económica, fue significativo. Ello pese a que se tomaron medidas para protegerlos en el marco de una estrategia general de eliminación del virus. El Gobierno usó su ventaja geográfica de ser una isla para aplicar esta estrategia, implementando medidas bastante restrictivas. Pese a esto último, el liderazgo fuerte del Gobierno neozelandés, que basó sus decisiones en la evidencia científica y una comunicación efectiva a sus ciudadanos, logró su cometido, permitiendo a la mayoría de las industrias del país volver a operar. No obstante, el impacto económico fue significativo, particularmente en el sector turístico internacional. Pese al éxito en aplanar la curva, los autores (Henderson y Withers, 2024Henderson, S. y Withers, M. (2024). Aotearoa New Zealand’s Responses to COVID-19. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 153-181). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-6) consideran que este país fue reactivo, pues no estaba adecuadamente preparado para una pandemia de estas dimensiones, por lo que las medidas se adoptaron cuando ya habían sucedido algunos casos.

Corea del Sur, junto con los otros países asiáticos estudiados (excepto Japón), tuvo experiencias pasadas con el SARS y el MERS. Ello lo ayudó a estar mejor preparado para afrontar la COVID-19. Su respuesta fue ágil y flexible según los autores, intensiva en pruebas y en el uso de las TIC para difundir la información de forma transparente. Aunque no hubo confinamientos, sí hubo restricciones de funcionamiento de negocios. La población respondió a estas recomendaciones gubernamentales, cumpliéndolas y ayudando en su difusión. No obstante, pese a empoderar a los Gobiernos locales para que tomaran sus propias decisiones, el Gobierno central trató de que estos siempre siguieran su línea, aunque sus criterios no estuvieran siempre respaldados por evidencia científica. Por otra parte, los médicos y enfermeras se movilizaron rápidamente para ayudar a controlar los primeros clústeres detectados, así como para adaptar espacios para tratar casos leves, evitando el colapso hospitalario. Por ello, los autores (Ko y Cho, 2024Ko, K. y Cho, Y. K. (2024). South Korea’s Responses to COVID-19. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 182-208). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-7) destacan el componente social y comunitario en la respuesta.

Aunque lo hizo mejor que la mayoría de los países occidentales, Japón, con su respuesta cautelosa pero algo rígida y lenta, no logró contener los casos como otros países del Asia-Pacífico. Los autores (Suzuki y Sakuwa, 2024Suzuki, K. y Sakuwa, K. (2024). Japan’s Responses to COVID-19. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 209-238). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-8) consideran que el Gobierno japonés antepuso inicialmente algunos intereses económicos, como la celebración de los Juegos Olímpicos en Tokio, a la emergencia sanitaria. Y aunque no se ignoraron las evidencias científicas, la propia organización política de la burocracia japonesa hizo que la respuesta fuera lenta. Solo a inicios de 2021 se aprobó una ley para sancionar económicamente a los locales que incumplieran las recomendaciones. Hasta ese momento, el Gobierno confió en la autolimitación (jishuku) de la población, la cual cumplió, pese a problemas de comunicación de la información.

Los dos últimos países, Tailandia y Vietnam, comparten algunas características más allá de lo geográfico: han tenido experiencias previas con el SARS y el MERS, tienen Gobiernos altamente centralizados y una sociedad donde la salud se valora por encima de todo lo demás. Eso hizo que sus respuestas fuesen esencialmente rápidas y rígidas. En Tailandia, donde se impulsaron intervenciones no farmacéuticas, el uso de los Trabajadores de Salud Comunitaria (CHW) para hacer frente a la pandemia fue clave. Los CHW son miembros de la comunidad capacitados en el manejo de enfermedades, y fueron los encargados de llevar a los territorios más remotos las políticas sanitarias para luchar contra la pandemia en sus diferentes fases. El país también empleó las TIC para difundir la información. No obstante, los autores (Poocharoen y Chattragul, 2024Poocharoen, O. O. y Chattragul, P. (2024). Thailand’s Responses to COVID-19 and the Acceleration of Public Sector Reform. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 239-273). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-9) critican el uso de las políticas contra la pandemia para silenciar protestas en contra del Gobierno.

Por su lado, y pese a su cercanía geográfica con China, Vietnam tuvo una respuesta rápida que le permitió levantar prontamente las restricciones que impusieron al poco de detectarse el primer caso local, a finales de enero de 2020. Aunque se podría argumentar que la naturaleza de la organización política del país (de partido único, el Partido Comunista de Vietnam, con apoyo militar) es lo que hizo posible esta respuesta, la autora (Nguyen, 2024Nguyen, T. M. (2024). Vietnam’s Responses to COVID-19: Local Governance and Bureaucratic Coordination. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 274-285). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-10) asevera que el Gobierno realizó una efectiva campaña de comunicación de las medidas de contención y el avance del virus, con una transparencia inusitada y un buen uso de redes ya existentes, como los comités vecinales, quienes monitorearon el cumplimiento de cuarentenas y otras medidas. Esto, sumado a su experiencia previa con el SARS y el MERS, permitieron una respuesta exitosa, aún con recursos limitados.

Esta compilación tiene varios puntos fuertes. Al tratarse de un tema bastante reciente y que afectó a toda la humanidad, el libro invita al lector a la reflexión y al análisis comparado sobre cómo reaccionó cada país. La forma en la que se presenta el libro y cada capítulo permite comprender por qué lo que funcionó en alguno de estos países no funcionó en otros. Por ejemplo, respuestas basadas en recomendaciones tuvieron buena aceptación y cumplimiento en países que priorizan lo comunitario a lo individual, como los asiáticos. De otra parte, si bien el uso de las TIC fue importante para la difusión de información, como lo demuestran los casos de Corea, Tailandia y Vietnam, el uso de aplicaciones de rastreo de contactos, como Corona-Warn en Alemania o Koronavilkku en Finlandia, no funcionó igual. Visto lo analizado en esta compilación, podrían esgrimirse motivos culturales o de puesta en funcionamiento. De hecho, las experiencias pasadas con las epidemias del SARS y el MERS en los países asiáticos calaron profundamente tanto en la sociedad como en las políticas dictadas por sus Gobiernos. Eso hizo que el impacto de la COVID-19 en sus territorios fuera menor. Es reseñable que los autores de casi todos los capítulos han incluido cifras oficiales en forma de gráficos o tablas para justificar el análisis de por qué se implementó tal política o cuál fue su efecto.

Aunque se podrían echar en falta capítulos provenientes de algún país de las dos regiones que no se consideraron (África y América Latina) para redondear el análisis a nivel global, esta compilación supone una herramienta importante para comprender las complejidades, diferencias, aciertos y errores de la forma en la que los países afrontaron la emergencia sanitaria de la COVID-19. Esta es la razón básica por lo que se podría argumentar que el libro está dirigido, principalmente, a gestores políticos y especialistas en salud pública. Ellos encontrarán en este libro ejemplos argumentados de por qué no todas las medidas de política que se dictaron en un país podrían ser replicables en otro, ya que las características particulares de cada territorio condicionan notablemente la respuesta a una emergencia y también su impacto en el tejido socioeconómico.

También podría considerarse que está dirigido a estudiantes y académicos en áreas relacionadas con las ciencias políticas y económicas, así como a especialistas en salud pública. Basándose en esta información, este grupo podrá plantear nuevos análisis comparados sobre las respuestas de otros países –como los ya mencionados de África y América Latina– a la pandemia, así como afinar propuestas para mejorar la preparación y respuestas a las futuras pandemias y otras emergencias de gran escala que pudieran ocurrir. Finalmente, y aunque no es realmente el público objetivo del libro, la forma en la que está redactado lo hace accesible al público general que desee conocer con detalle cómo respondieron estos nueve países a la emergencia sanitaria, así como formarse una opinión sustentada en información veraz.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Ahonen, P. (2024). Finland’s Responses to COVID-19: Uneven, Fairly Effective, and Craving to Return to Normal. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 98-123). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-4

Comfort, L. K. (2024). The United States’ Responses to COVID-19: Science, Uncertainty, and Partisanship. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 124-152). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-5

Dahlström, C. y Lindvall, J. (2024). Sweden’s Responses to COVID-19. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 72-97). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-3

Franzke, J. y Kuhlmann, S. (2024). Germany’s Responses to COVID-19: Crisis Governance in a Multilevel System. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 10-71). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-2

Henderson, S. y Withers, M. (2024). Aotearoa New Zealand’s Responses to COVID-19. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 153-181). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-6

Ko, K. y Cho, Y. K. (2024). South Korea’s Responses to COVID-19. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 182-208). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-7

Moon, M. J. y Kim, D. Y. (eds.) (2024). Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach. Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760

Nguyen, T. M. (2024). Vietnam’s Responses to COVID-19: Local Governance and Bureaucratic Coordination. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 274-285). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-10

Poocharoen, O. O. y Chattragul, P. (2024). Thailand’s Responses to COVID-19 and the Acceleration of Public Sector Reform. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 239-273). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-9

Suzuki, K. y Sakuwa, K. (2024). Japan’s Responses to COVID-19. En M. J. Moon y D. Y. Kim (eds.), Policy responses to the COVID-19 pandemic: An international comparative approach (pp. 209-238). Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003362760-8